Con el objetivo de prevenir enfermedades cardiovasculares, un consorcio multisectorial convocado por la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) acordó un plan para reducir a la mitad el consumo de sal en la población de las Américas para 2020. Actualmente, en la mayoría de los países de la región la ingesta diaria por persona duplica los 5 gramos máximos recomendados.