El análisis del patrón alimentario argentino identifica: monotonía en las elecciones alimentarias, consumos deficitarios en alimentos protectores y preventivos de enfermedades crónicas y exceso en el consumo de alimentos feculentos, alimentos ocasionales y carnes; con diferencias entre niveles de ingreso.
Lo que se refleja en una calidad de dieta promedio intermedia: 11,3 puntos de 20 puntos IDN propios de una alimentación saludable estándar.
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