Cuando habitualmente escuchamos hablar de «la mesa de los argentinos» parece que más bien se insiste en la idea de mantenerla. En muy pocas ocasiones se interpela el típico gen argentino de superabundancia de carnes rojas, panificados, harinas y productos azucarados.

Poco de esto, por ejemplo, tuvo un rol destacado en la reciente y amplia discusión acerca del etiquetado frontal. Se desperdicia así un buen momento para poner en discusión la idea de un cambio dietario hacia una mesa más saludable y sustentable: más fresca desde lo verde (verduras) que desde lo rojo (carnes), menos blanca (harinas) y más opaca (legumbres, granos), entre otros cambios.

En estas seis páginas queremos poner en acento en ese cambio dietario necesario, que también apela a lo alcanzable, aún en un contexto socioeconómico complejo como el actual.